sábado, 10 de marzo de 2012

Cuento 1a. Parte de 3

DESASTRE NATURAL

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En casa

5:00 a.m. el radio despertador comienza a funcionar sintonizado con las noticias de la mañana, oscura todavía, en la que la voz del locutor se percibe apenas como un murmullo lejano entre sueños, sin lograr llevar del todo a la conciencia a Margarita, a quien su esposo, con un gruñido apenas inteligible pretende despertar. Ella fingiendo no haber escuchado, intenta ganar unos minutos más de sueño. Súbitamente, recuerda  todo lo que tiene que hacer antes de salir de casa y como accionada por un resorte se sienta en la orilla de la cama, unos segundos después y casi a ciegas se dirige a la recámara de sus hijas para abrir la puerta y aclarando la garganta exclama:
_Gaby, buenos días hija ya estás lista casi para salir, hubieras despertado a tu hermana, ya se nos hizo tarde.
_A Carlos y a mi también mami, tenemos el tiempo justo. Ya nos vamos a la universidad, nos vemos en la tarde y ya deja de consentir a esa niña, ya esta grandecita. Adiós mami, beso.
_Hasta la tarde mis amores, cuídense. _Y dirigiendo sus pasos hacia una de las camas exclama con voz firme pero cariñosa._ Leti. . . chiquita, ya despierta. . .  ya es hora, me voy a dar un baño y cuando salga ya debes estar vestida._
Al ver que el cuerpo de la jovencita ni siquiera se mueve eleva la voz
_¡Pero ya despierta niña, que se nos hace tarde! _La chiquilla refunfuña y le contesta con desgano._Ya te oí ma, ahi voy._
_Pues no parece, ya ves que luego no te da tiempo ni de desayunar ¡Anda muévete que ya van a dar la seis!

Pronuncia las últimas palabras al mismo tiempo que entra en el cuarto de baño. El contacto del agua tibia y la presión de la regadera terminan por hacerla reaccionar y ya despierta se percata de lo tarde que es en realidad. ¡Dios mío, pero si apenas me dormí un ratito después de que sonó el despertador. Otra vez no me va a dar tiempo de prepararme nada para desayunar en la oficina, y todavía tengo que ir a los análisis!
Sale escurriendo del cuarto de baño, tiritando por el frío y Antonio, su esposo ya está esperando con la toalla lista para entrar y le dice con tono de resignación:
-Siempre te pasa lo mismo, te quedas dormida y luego andas corre y corre con un genio que ni tú lo aguantas._ Margarita lo mira con una mezcla de enfado y preocupación
._Mira, no me digas nada que a ti también se te hizo tarde y nada más me mortificas. Tal parece que no hemos aprendido nada en tantos años porque siempre nos pasa lo mismo cada día. ¡Pero ya báñate, que el tiempo vuela! ¿Nos vas a dar aventón a la escuela o llevo a Leti en taxi?
-Las llevo. _Alcanza a escuchar que le responde entre el ruido del agua que corre. Mientras termina su arreglo, apaga el radio y ya lista enciende el televisor de la cocina para seguir las noticias del día.
_ Vaya,  Comenta para sí_ Es un hecho que Castañeda deja la Secretaría de Relaciones Exteriores; a ver como le va a Derbez con el “paquetito”. _Inmediatamente después exclama en voz alta con los ojos fijos en el monitor: _¡No es posible tanto descaro!,  mira que hacerse pasar por discapacitados para causar lástima. Y esas madres que alquilan a sus hijos a limosneros ¿A dónde iremos a parar? Y eso que supuestamente las autoridades ya están en el “cambio”. En fin, siempre es lo mismo. Leti ¿Ya estás lista? ¡Baja a desayunar algo, faltan diez minutos para las siete!  Y no se te olvide lavarte los dientes. Toño, por favor  vámonos que  es tardísimo. _ Antonio, concentrado en anudarse la corbata no le contesta pero la expresión de su cara lo dice todo.
_Mami, no voy a llegar a tiempo, me van a cerrar la puerta._ Le dice Leti con tono de angustia.
Margarita no contesta y salen de la casa apuradamente, caminan hacia el estacionamiento del fraccionamiento ubicado en algún municipio al noroeste del Distrito Federal en el Estado de México.

Oh Dios! ¿Pues qué le pasa a esta porquería? _Murmura Antonio entre dientes mientras trata inútilmente de encender el motor de su vehículo, al mismo tiempo Margarita y su hija se miran preocupadas.
_Leti bájate, nos vamos en un taxi, si tu papá logra hacer andar el coche que nos alcance.
Leti obedece a su madre y presurosas atraviesan la zona del estacionamiento hasta la avenida principal y esperan que pase un libre, entre tanto, los minutos transcurren. Al fin un minitaxi se detiene y Margarita mira su reloj.
_Ya ni te subas, son las siete en punto y te van a regresar del colegio. Nos vemos a la tarde._
Acomodándose en el asiento trasero se despide de su hija, que se queda con carita de desolación en la entrada del fraccionamiento.

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