A continuación un proyecto elaborado y pensado como un homenaje a las letras de Eliseo Diego.
Poesía inspirada en los cuentos de Eliseo Diego (La Habana, 1920-México, 1994). Poeta escritor y ensayista. Fue uno de los fundadores e integrantes del grupo Orígenes. Recibió en Moscú el Premio Máximo Gorki por sus versiones al español de los grandes escritores rusos, en Cuba el Premio Nacional de Literatura por el conjunto de su obra en 1986 y en México el Premio Internacional de Literatura Juan Rulfo en 1993. Fuente: Eliseo Diego Cuentos. Colección Calembé. Edita Fundación Municipal de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Cádiz.
Apenas se defiende la memoria
de las oscuras manos del olvido.
Francisco de Quevedo
Las oscuras
manos del olvido se abrieron y salieron libres las palabras, fecundadas en el
calor sofocante de la selva y la bruma dulce del cañaveral, respiraron la brisa
y la sal de
una isla atolondrada y tomaron la fuerza del mar.
Fuera de
las historias, las palabras iniciaron su propia vida y escalaron los muros
blancos de la poesía, entre haciendas y mulatos y plantíos de tabaco. Entre las
costumbres de una Europa añeja y la sabia joven de un contador de historias,
emergieron irremediablemente como una tierra nueva.
Al leer
cada cuento, encontré que las oscuras manos estaban llenas de poesía.
que brotaban
imparables las palabras fuera de las páginas, paralelas a la historia,
envueltas en su propia magia, revelaban el alma de poeta de su autor.
Como un
modestísimo homenaje a su genio creador, las retomo, parafraseo con ellas y las
hago danzar el vals de la poesía.
SECRETAMENTE EN EL SECRETO DE TODO
(Historia
del desterrado)
Burlar
el ojo que escudriña.
Al
esconder el sentimiento a los curiosos
los
sentidos vuelven a ser el fondo de todo.
Del
tiempo renacido.
¡Ah,
las horas que pasamos allí!
Sumergidos,
lavados, hundidos en el agua
serena
de lo que solo es nuestro.
Cerrar
las ventanas de los otros, sumiendo el cerebro
en
cada atardecer bajo capas densas de oro derretido.
Mantenernos
así, calladamente en lo profundo de todo.
A
las vistas retorcidos, escondidos.
Hablando
apenas, antiquísimos y frágiles,
pero
colmados de frescura.
La
conciencia se nos esparció por el cuerpo invadiéndolo,
convirtiéndolo
en una helada brasa mineral que lo ilumina
y
lo mantiene encendido todo el tiempo
hasta
terminar en el hueco negro, en el bostezo destrabado de
la
noche vacía.
Secretamente
en el secreto de todo
somos
grumos de tinieblas embriagados de sombra
que
vetean una enorme telaraña metálica.
Empapados
de noche hacia el final de una hora
y
el nacimiento de la luna, nos eternizamos
nos
transformamos en ese momento
en
el que el día ya no lo es y la noche tampoco.
En
esa hora de la que nunca se intenta el regreso.
LAS ROSAS DEL CANTERO
(Historia
del desterrado)
El
mediodía pesa candente sobre las pequeñas rosas y amenaza destrozarlas.
Se
inflaman sordas bajo el zumo fatal de la luz de primavera
que
se filtra tenaz a través de sus pequeños pétalos
El
rosal que procura crecer en el cantero raído
parece
especialmente orgulloso de su afán.
Tremola
en su gajo más alto
un
botón raquítico, de un rosa desteñido,
que
absorbió de golpe toda la luz del sol
como
para que todo el mundo lo vea atarantado de calor.
EL ARLEQUÍN
(Historia
del títere rebelde)
Derrumbado
sobre las maderas
estaba de
nuevo el arlequín
con su
mirada fija. La luz que
descendía
desde muy alto lo
bañaba en
sus aguas dibujándole
los
triángulos negros de las ropas.
Las
piernecillas del muñeco
pesaban extrañamente
en los hilos
como si
fuera con ellas por lo
profundo y
negro de la tierra.
La luz del
sol que lo inundaba
parecía
ponerle el alma en
los ojos, y
así permanecía
inflexible llevándolos
hasta
el último
punto,hasta no quedar
más que la
obstinación en la mirada.
POLVO DE MUERTE
(Historia
del negro haragán)
El abrazo de la muerte que nos rodea.
Como un polvo que nos va cayendo encima de
los cuerpos,
que nos hace alejar de
nuestras cosas día a día,
que nos
hace dejar atrás nuestra carne y
nuestros huesos día a día.
fantasma que nos asusta pero no nos detiene
que nos observa
He aquí el
límite que he puesto
a la muerte, repugnante
muerte,
pirueta
miserable. Afuera la
dejo como a
un lacayo apaleado,
afuera de
mi puerta, sumisa.
¡Oh
que bien se está aquí! entre mis
cosas,
qué bien se está entre mis
invenciones, la
cortina de mi ventana, mis sombras
y
lámparas.En tanto afuera se
suceden
los astros y corre el agua
en la
acequia, siempre nueva, todo
inútilmente.
Marilu 111213
LOS OBJETOS
(Historia del desterrado)
El natural silencio de las cosas
donde el olvido se espanta de la
luz
como los lobos del fuego.
Donde el silencio compartido da
a los objetos parte de la propia
alma.
Muebles anchos afelpados,
somnolientos y profundos objetos
anegados ahora del acorde supremo
de las cosas ya anochecidas y
frías.
Alfombras de rojo hondo, de rojo
que ahoga los ruidos, el viejo sillón
cubierto de telarañas, de lo
muerto
de los días.
Los profundos espejos,
aire ligero azuleado al que
no se le conoce medida,
son trampa de colores vivos y
estrictos
donde la penumbra descansa en
los pliegues rotos sobre bronces
arrumbados.Marilú 251115