Derrota
Era una tarde soleada cuando
le vi con él por la calle, ella caminaba serena y tranquila, ni siquiera de su
brazo, solo junto a él. Era la primera vez que yo la miraba, sin embargo me
pareció ver un tinte de victoria en sus ojos cuando depositó su mirada sobre mí,
pero lo peor de todo fue sentir en los ojos de él un latigazo helado de indiferencia.
Ese gesto me quebró de un solo golpe.
Ese gesto me quebró de un solo golpe.
Avanzaban resueltos caminando
juntos en mi dirección mientras yo me quedaba estática, paralizada; el sol
laceraba mi visión, pero no tanto como el reflejo de sus argollas de
matrimonio.
En el acto ella se acercó a
preguntarme la hora, y yo sentí como si tuviera en mi garganta puñados de
trapos secos.
Ella me inquirió con la mirada, un tanto extrañada por mi turbación.
No fue necesario contestarle nada.
La derrota es muda.
Ella me inquirió con la mirada, un tanto extrañada por mi turbación.
No fue necesario contestarle nada.
La derrota es muda.
Marilu072016
